Aída Suárez Chávez
Directora del Diario de
Colega:
En la conferencia de prensa que se dio en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México para anunciar la programación de
Mi familia materna es de hidalguenses viejos, porque ya estaban en este territorio antes de que fuera bautizado con el nombre del libertador. La familia de mi padre es de Puebla, pero él se estableció en los llanos desde 1938. Yo fui engendrado en la hacienda de Zotoluca, pero nací en la ciudad de Puebla porque mi madre requirió de atención médica que no había en Apan. A los 30 días de nacido regresé a Zotoluca, crecí en Chimalpa, estudie en Apan y salí al mundo desde muy joven, según consignó en su momento El Sol de Ciudad Sahagún. He vivido en Nueva York, en Grecia, en España, y he viajado a 47 países, pero siempre he vivido en los llanos de Apan. Ahí está mi casa, mi corazón, mis afectos. Ahí están enterrados mis muertos, y si algo late en mi obra narrativa y dramática, es el pálpito de mi tierra.
No me ocuparía de este asunto de no ser porque el desconocimiento de mi identidad por parte de los colegas pachuqueños, refleja el centralismo que llevan en el cerebro. Como no vivo en Pachuca y sólo he trabajado esporádicamente en la capital del estado, no soy de Hidalgo. No soy de Pachuca, soy de Apan, y si se me permite la soberbia, he puesto el nombre de mi tierra en el mapamundi de la literatura mexicana. Me pregunto que han hecho ellos por la suya.
Enrique Olmos de Ita, por su parte, nos mostró anoche, con La voz oval, que él sí ha hecho algo por Pachuca, aunque haya nacido, crecido, y ame los llanos tanto como yo.
Atentamente,
Fernando de Ita
No hay comentarios:
Publicar un comentario