sábado, 18 de noviembre de 2006

Verbena popular en la inauguración y noche de cabaret




Raúl Guerrero Bustamante

Terminada la ceremonia de inauguración de la XXVII Muestra Nacional de Teatro, el público se dirigió en una atractiva caravana desde el Teatro San Francisco hasta la explanada de la iglesia del mismo nombre; caravana adornada de fuegos artificiales y la música interpretada por la Orquesta Lavadero, quienes se movían en un pequeño y vistoso carro musical. Terminado el recorrido, el público se congregó en la plaza Aniceto Ortega, en donde daría inicio el espectáculo callejero de la citada orquesta, el cual llenó de humor el momento con música y pantomima. La noche fría se fue alegrando, empezaron a correr vasos de ponche, café y buñuelos, el público esperaba ansioso el espectáculo de las Reinas Chulas.

Empieza la función cabaretera de “Las Recodas”

Estridentemente norteño, se presenta un conjunto de músicos, cada uno se hace llamar por su apodo como el “El Chupacabras” o “El Gandhi”, pero el plato principal son tres chicas voluptuosas en exceso, dirían muchos, ése es el espíritu del cabaret; en el escenario, se hacen notar sus trajes: corsé escotado hecho de sarape de Saltillo y vestido hecho de rebozo, sobrero texano, ultramaquilladas; tienen un acento marcadamente norteño, para ser preciso como de Chihuahua, lo cual se nota cuando arrastran la letra s en su hablar y usándola en lugar de la ch. Son las Reinas Chulas (o dicho a su usanza Reinas Shulas): “La Güera”, “La Shakis” y “La Chiquis”, quien con orgullo dice que “aunque una esté chiquita, con que se junten los centros se arma gacho”. Se presentan como “La Banda de las Recodas”, un espectáculo cabaretero-cultural, el cual como en todo buen cabaret, manejan la sátira política, no dejando a nadie vivo, tocan desde el mundo de la política cultural de este país, Sari Bermudez es elemento principal de su sátira; hasta la vida política emanada de Los Pinos, la pareja presidencial, a quienes le dedican su espectáculo, gustosas de que se acaba el sexenio, y la llegada del Presidente Electo a quien llaman desparpajadamente FECAL. Tenían una deuda con el público de Pachuca, a quienes no les cumplieron el pasado mes de julio a causa de un accidente que no les permitió llegar a presentarse; pero por fin las tuvimos aquí, en esta ocasión en que se sentían honradas de inaugurar la Muestra Nacional de Teatro diciendo “la pobreza cultural de este sexenio nos trajo hasta aquí” y es que, expresan, “¿a quién se le ocurre abrir una muestra de teatro con un espectáculo como éste?”. Es el momento en que el público se da cuenta del tono que el espectáculo agarrará; la frialdad del público pachuqueño se transforma en miles de risas, la noche se calienta con carcajadas y el frío clima parece dejarse de sentir. El espectáculo de las Reinas Chulas toma su tono musical, empiezan por cantar una canción intitulada “La historia de la Chelo”, un corrido que narra la historia de una señora que se mira al espejo y se dice a sí misma: “mejor voy con un cirujano”, se hace unos implantes y cuando de pronto se ve en una situación de vida o muerte, le disparan y todos la creen muerta, sin embargo se salva gracias a dichos implantes. El espectáculo continua con más comentarios satíricos y obviamente jocosos, viene el tema de las mujeres “empoweradas”, hablan de Martha Sahagún, quien se viste con vestidos de Chanel y hace que parezcan de Walmart; de cómo se vuelve difícil ser mujer ante la incursión de muchas de ellas en la política, como la Gordillo, de quien dicen que es una “doble cara”, lo cual las Reinas Chulas no lo creen, pues si así fuera no traería esa cara tan fea, usaría la otra. Así se dio una inolvidable noche inaugural de la Muestra, con un buen bocado de cabaret, que encamina el aprecio por las artes escénicas, tan diversas y enriquecedoras.


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