viernes, 24 de noviembre de 2006

Yamaha 300: temor y traición


Nahum Torres*

Para nadie está en duda que el crimen organizado se ha beneficiado en base a dos políticas antagónicas que corresponden al goce y al miedo.

El mercado de la droga se sustenta, por una parte, en una cultura de hedonismo que ha penetrado diversos espectros en la sociedad (en el caso juvenil, se afianza debido a la ilusión de fuerza y poder que genera ser un dealer); y al mismo tiempo, existe un temor creciente de la barbarie criminal propiciada por la desconfianza en las autoridades (aquellos encargados de la seguridad social) por su vinculación a las mafias y cárteles de la droga tanto en México como en Estados Unidos.

Este sentir adverso entre atracción y miedo están reflejados en la obra Yamaha 300 del dramaturgo (actor y promotor cultural) sonorense Cutberto López, resultado de un diálogo extenso con el grupo teatral TATUAS (Taller de Teatro de la Universidad Autónoma de Sinaloa) que se alimentó de la novela La Reina del Sur de Pérez-Reverte y de conversaciones y sustratos existenciales de un motero sinaloense conocido como ‘el Salvaje’.

Lo que el autor nos quiere compartir con esta pieza de acción -sin establecer ninguna clase de juicio moralista contra el criminal o una literatura sociológica -, son las ambiciones, sueños, fracasos y temores de personas que por algún motivo se enredaron en el turbio mundo del narcotráfico en el noroeste mexicano.

Es así como conocemos al ‘Animal’ (Hernán Mendoza), un panguero (lanchero) que surca junto al ‘Cananis’ (Fermín Martínez) el Mar de Cortés contrabandeando marihuana para ‘el Tiburón’ (Joaquín Cosío), un capo menor, cabrón pero lleno de aprensiones.

En el centro del escenario péndula un motor de 300 caballos de fuerza, metáfora de la aspiración, de la libertad, de la posesión, del deseo de ser Alguien.

"Yamaha 300" es un raudo relato nocturno de burreros tecnificados traficando aspiraciones y temores personales bajo la precisa dirección de Antonio Castro.

* Nahum Torres es editor de www.zonateatral.com.mx

Más qué hacer el 24 de noviembre


Talleres

“Fundamentos básicos”

Imparte: Nicolás Nuñez

10:00 a 13:00 horas

Escuela de Artes

“Adaptación para el teatro”

Imparte: Silvia Hernández

Mesas

Mesa General de Análisis

Luz Emilia Aguilar Zinder, Domingo Adame, Saúl Meléndez

11:00 a 1400 horas

Sala Salvador Toscano

Degustación de libros y revistas

Sala Salvador Toscano

11:00 a 14:00 y 16:00 a 19:00 horas

Foro de Análisis

Sala Salvador Toscano

16:00 a 18:00 horas

Conductores: Luz Emilia Aguilar Zinser y Saúl Meléndez (se consideran las obras del día anterior, incluyendo el Noctambulario).

Muestra Nacional


Yamaha 300

Distrito Federal

Grupo: Teatro UNAM

Autor: Cutberto López*

Director: Antonio Castro

Teatro de la Ciudad San Francisco

Sábado 25 de noviembre de 2006

19:00 y 21:00 horas

Sinopsis

Yamaha 300 es una obra negra en donde impera la violencia, el lenguaje crudo, atmósferas densas y personajes cuyas referencias reales son noticia cotidiana en el México de hoy. El autor no tiene la intención de hacer un estudio sociológico del narcotráfico. Lo que desea es denunciar con tristeza que somos vulnerables ante una violencia solapada y creciente.

Reparto

Animal / Hernán Mendoza

Tiburón / Joaquín Cosío

Cananas / Fermín Martínez

Vero / Pilar Padilla

Capitán, Jorge / Dagoberto Gama

Nachito, Oficial, Padre / Sergio López

Raúl, Energúmeno / Adrián Aguirre

Créditos

Escenografía e iluminación/ Sergio Villegas

Vestuario/ Mauricio Ascencio

Música/ Antonio Fernández Ros

Producción/ Dirección de Teatro UNAM

Duración: 1 hora 30 minutos

La siembra del muerto

Sonora

Grupo: Compañía Teatral del Norte

Autor y Director: Sergio Galindo

Teatro Guillermo Romo de Vivar

Sábado 25 de noviembre de 2006

19:00 horas

Sinopsis

¿Es “La siembra del muerto”, el muerto sembrado por “La acordada”, o la siembra dejada por el “Encanijado”, muerto a manos de su cuñado Chico Ambrosio un día del años 1951 por haberle arrebato las tierras heredadas por su padre, don Ambrosio el viejo?.

Reparto

Chico Ambrosio-Mani-Manuel Nacho/ Francisco Verú

El Encanijado-Cuate / Manuel Ramírez

El Espirituado- Ambrosito Chico/ Osvaldo Sánchez

Capitán-rezadora / Hugo Sosa

Panchito-Pancho loco-soldado / Dettmar Yánez

El Comisario-Chalío/ Mariano Sosa

Auxiliadora-rezadora / Marreyna Arias

Chona-Cata-rezadora / Belén Gil

Viky-Nacha-rezadora / Elizabeth Vargas

Tío Isabel / Sergio Galindo

Créditos

Escenografía/ Osvaldo Sánchez

Realización/ Francisco González “El Oso”

Iluminación/ Jesús Maldonado

Duración 1 hora 10 minutos

Yerma

Grupo: Casa del Teatro/ Centro Dramático de Michoacán

Michoacán

Autor: Federico García Lorca

Director: Mauricio Pimentel

Teatro Móvil, Plaza Juárez

Sábado 25 de noviembre de 2006

21:00 horas

Sinopsis

Una mujer de pueblo obsesionada por tener un hijo se enfrenta a un contexto en el que sus principios y valores se van transformando en obstáculos insuperables para lograr su anhelo. La soledad y la imposibilidad la empujan a realizar un acto donde ella renuncia a su maternidad.

Reparto

Yerma/ Lucero Trejo

Juan/ Juan de la Loza

Maria, lavandera, vecina/ Erika de la Llave y Carolina Politi

Víctor / Omar Mendoza

Vieja, cuñada/ Teresa Rábago

Muchacha 1, lavandera, vecina/ Norma Márquez

Muchacha 2, lavandera / Gabriela Moreno

Dolores, cuñada/ Judith Arciniega

Pastor 1/ Gustavo Jimenéz

Pastor 2/ José Refugio García Guerrero

Créditos

Adaptación/ Mauricio Pimentel y Lucía Puente

Diseño y asesoría de Escenografía e Iluminación/ Philippe Amand

Iluminación / Gustavo Jiménez

Producción Ejecutiva/ Tatiana Maganda

Duración: 1 hora 50 minutos

MUESTRA ALTERNA

Arrabal

Grupo: Arte Acción Teatro de Movimiento

Distrito Federal

Texto: Mario Rene Matute.

Director: Gerardo Sánchez

Sábado 25 de noviembre de 2006

Plaza Constitución, Pachuca

12:00 horas

Sinopsis

En Arrabal convergen diferentes personajes, que por azares del destino tienen que ver entre si: “La Puta”, “El Padrote” , “El Tokes” , “La Loca del barrio” , “El chueco” , “La Madrota”, ”El Artista”, “El Cura” y La Muerte”; en un tiempo en que los personajes regresan a esta vida después de muertos.

Reparto

El Cura / Gerardo Sánchez G.

El Artista / Saeed Pezeshki P.

La Muerte / Maricarmen Graue H.

El Chueco / Mario Alba Islas

La Loca / Ma. de Lourdes Arroyo M.

El Tokes / Juan Carlos Martínez D.

La Madrota / Guillermina Hernández O.

La Puta / Teresa Carlos Yañez

El Padrote / Edgar Reyna Flores

Créditos

Entrenamiento Corporal y Asistencia Coreográfica / Teresa Carlos Yañez

Expresión Teatral y Corporal / Gerardo Sánchez

Textos / Mario Rene Matute

Instalación Escénica / Arte Acción 04

Escenofonía / Rodolfo Sánchez Alvarado

Diseño y Confección de Vestuario / Gamaliel Islas Suárez

y Myriam Haydee Méndez

Diseño e Iluminación / Hugo Heredia

Duración: 60 minutos

Crímenes del corazón

Compañía de la Comunidad Teatral del Estado de Hidalgo

Hidalgo

Autor: Beth Henley

Dirección: Luis Carlos Cabrera

Sábado 25 de noviembre de 2006

Auditorio Fernando Soto, Tulancingo

18:00 horas

Sinopsis

La obra representa la frustrada vida de tres hermanas provenientes de una familia disfuncional en un momento crucial para una de ellas. Deudas pasadas, rencor, envidia, contraposiciones, pero sobre todo la soledad de cada una de ellas, desembocan en un final inusitado.

Reparto por orden de aparición

Leonor Josefina Monzalvo / Carmen Ruiz

Chick de Butrón / Ana María Velázquez Ogaz

Martín Portillo (Doc) / Fernanado Pérez Romero

Margarita Monzalvo / Alicia Pérez Romero

Rebeca Monzalvo / Karen Cortés

Bernardo López / Jonathan Rebolledo

Créditos

Juan Manríquez Ramos / Escenografía

Luis Carlos Cabrera / Musicalización

Compañía de la Comunidad Teatral / Maquillaje y Vestuario

Alejandro Patiño / Iluminación

Duración: 1 hora 40 minutos

Continúa la búsqueda del más sexy de la Muestra




Redacción


Gracias a las cientos de mujeres y hombres que han emitido su voto para determinar al ganador del Primer concurso de atractivo visual masculino. Cuatro de los siete cotizados galanes que buscan el triunfo pueden ser admirados a continuación. Aquellas y aquellos que quieran unirse a este ejercicio de crítica y reflexión, pueden depositar su voto en el Teatro San Francisco. La competencia está por concluir.

Agregamos la representación de Diario de la Muestra, dignamente encomendada a Carlos Sevilla y Roberto Villalpando, heroicos fotógrafos de este diario.

Quería ser un cabrón

Alberto Susano *

Relato

Cuando inicié mi “carrera” allá por 1997 y con 18 años de edad soñaba con ser un gran cabrón del teatro, no había otra idea en mi cabeza, quería llegar a participar como los grandes en una Muestra Nacional de Teatro, a como diera lugar. Comencé en la escuela de artes, con maestros que de alguna manera lo siguen siendo; era un rebelde, quería hacer, decir y ser como ahora es Enrique Olmos, pero ahora que lo veo, creo que fue un acierto no serlo, pero quería tragarme el mundo, ahora me doy cuenta que hasta lo regurgité.

Al paso del tiempo la idea de ser cabrón era más grande, no lo entendía así que me fui donde creí que realmente me iban a enseñar. Con esa idea, llegué a la Ciudad de México, primer paso, estudiar con mi gran paradigma, Nicolás Núñez. Yo no sé si él aporto algo en lo que respecta a ser cabrón, pero me inició en un camino más grande, el del ser humano, aprendí a querer ser un mejor ser humano, y hasta me enrole en asuntos esotéricos más serios y de los cuales tengo prohibido hablar, sin embargo aún no era profesional.

En la UNAM me enseñaron que ser cabrón era meterse unos churros entre clase y clase, no comer y dar cátedras de filosofía para cuestionar a todos mis maestros. Hasta que conocí al que me alejó de ese ser cabrón, no hablamos del tema, sino de teatro, entre otras cosas me enseño las sutilezas y las profundidades de la dramaturgia. Por cierto, a dicho maestro se le canceló su participación en esta muestra sin mayor explicación, no diré nombre pues no quiero afectar la situación, pero creo que muchos ya sabrán a quien me refiero, sí, ese, algunos unen su nombre con Freud por mofa, no digo más. Sí, aprendí mucho pero aún no era profesional.

¿Y en la ENAT? Bendito sea dios, no duró mucho el ensueño, quizá porque no era cabrón, mi inconsciente me defendió, sin embargo aprendí allí que ser cabrón es querer hacer teatro de alto presupuesto en un país que carece precisamente de eso. Carajo, ¿y no se suicidan cuando salen?

En fin, regresé a mi querido estado vomitado por el sucio ambiente, en todas las esferas, del Distrito Federal, con unas buenas obras escritas y alabadas por algunos maestros de allá, pero cuando, iluso, las mostré a algunos maestros de acá, resulta que aún no era un cabrón: que escribir cabrón era escribir como Enrique Olmos, olvídenlo...

Ingresé al IDA en la montaña Hidalguense, y todo iba bien: muy buenos maestros, muy buena técnica, hasta que los buenos maestros se fueron y quedaron los que me enseñaron que ser cabrón es retorcerse como trucha sin agua en la duela, poner música densa y pintarme de color rojo. Me aborté del IDA sin ser un cabrón.

Armé un grupo de teatro con hermanos conocidos en el IDA. Comenzamos a hacer teatro en la montaña. Hicimos proyectos de investigación con gran aceptación de algunos asesores y maestros, pero no logramos ser cabrones. A pesar de ser festejados y bien recibidos por nuestro público, amados en la montaña y lugares afines.

Y llegó la Muestra Nacional de Teatro. ¡Metan todos sus proyectos para haber si pega en la representativa, o en la alterna! Le macheteamos, estábamos ansiosos, pero nuestro mismo proceso nos hizo entender que no nos interesaba la muestra, nos interesaba algo más propio... así que abortamos la idea de meter propuesta. Fui llamado a asistir una dirección para una de las representativas del estado, buena experiencia, mucho aprendizaje, pero no más. Asistimos diario a ver obras de la muestra y nos seguimos preguntando: ¿esto es ser cabrón? (benditas sean las pocas excepciones).

La lección más grande sobre ser cabrones la tuvimos en la comunidad teatrera del estado, donde ser profesional es decir con mucha altivez que el teatro del estado es pedorro, chillar por los espacios y por los presupuestos, que todo el teatro aquí es malo, menos el mío, pero como ya hay muchos que lo dicen, decidimos quedarnos en nuestra montaña, haciendo teatro, nada cabrón, para un público que no son nuestros compadres porque ni tenemos, un teatro de un aquí y un ahora palpable y real.


*Director de Erotema-Caos teatro e investigación (grupo desconocido para la comunidad teatral, por fortuna). Defensa lateral del equipo Ahí les va la vara, campeón del torneo relámpago de fut de la Muestra. Asistente de dirección de Fernando de Ita. Y, “yo si le voy le voy a los PUMAS”.

Lo reciente


Sobre los creadores hidalguenses

En la década de los setenta, el público hidalguense fue testigo de un gran movimiento teatral de compañías, actores, directores y creadores, originarios del estado o inmigrantes. Cada uno dejó testimonio en los escenarios de la entidad y el extranjero. El trabajo se reflejó en propuestas de grupos como Teatro estudio, dirigido por Arturo Romero, que desde 1978 y hasta principios de los ochenta participó en el Festival del Siglo de Oro del Chamizal, con obras como El anzuelo de Fenisa y Fuenteovejuna.

También aparecerían en escena los grupos Hecho en México de Jorge Skinfield, El Clan de Luis Carlos Cabrera, Catarsis de Víctor Santoyo y que actualmente dirige Fernando Pérez Romero.

El Grupo Intento dirigido por Emmanuel Márquez llegó a Pachuca, después del terremoto de 1985 que azotó a la Ciudad de México. Su trabajo no se limitó a la producción de espectáculos, propició la apertura del espacio teatral denominado El corral de la cabra.

De manera independiente, en ensambles y grupos Arturo Cabañas Dimas, Daniel y Alicia Pérez Romero, Ana María Velásquez, Francisco Meléndez, Tere Arciniega (qepd), Julio Oviedo, Alejandro Patiño, Francisco Arrieta, Carmen Chacón, Antonio Guerrero, Patricia Rodríguez, Edmundo Lima, Jesús Islas, Jorge Antonio García son algunos de los hombres y mujeres que con su talento y esfuerzo han permitido que esta actividad tenga vida.

El movimiento continúa, existen creadores decididos a posicionar el teatro que se produce en los municipios y en la capital del estado; entre otros puede mencionarse a los grupos Ars Vita, Teatro de títeres de Ricardo Vega Casco y Lourdes Miramontes, originarios de Cuautepec. En Actopan, La compañía Leba a cargo de Abel Pérez Ángeles.

En Tulancingo Su majestad la farsa de Anuar Jottar Magdaleno; y Teatro Arlequín por Eduardo Hidalgo Sosa.

En Pachuca, los grupos Juglares Ruelas de artes escénicas de Luis Manuel García Aguirre; Dúo teatro estudio dirigido por César Hernández y Myrella Velasco; Cuerda bajo la dirección de Myrna Vargas; La vela teatro de Darío Pantaleón; Escena teatro por Marisa Gómez; Foro Cultural Helénico de Rafael Tirado y la Compañía de la comunidad teatral de Hidalgo.

Cada uno tiene su propia propuesta escénica, pero es indudable que la constante entre las compañías es la preocupación por establecer sus mecanismos de producción y difusión y la apertura de espacios. La tarea es ardua, pero vale la pena para continuar alzando el telón y asumiendo al teatro como una decisión de vida.

Vencer al Sensei: gracia, artes marciales y plasticidad




Juan Carlos Hidalgo

"Descubrí que la vocación de un samurai es la muerte".

Hagakuré

(Libro del Guerrero)

En toda relación entre maestro y alumno se crea una tensión que se comporta como un elástico que se estira con flexibilidad. En un extremo se encuentra el odio, en el otro, ya se sabe, el amor. Entre ambos se da también un espíritu de competencia; un instinto que lleva al novato a querer superar a su mentor y hace que el veterano ansíe sobrevivir. Todo ello se hace más explícito cuando media entre ellos un ámbito marcial, como el que se da en la práctica de las artes de combate orientales.

Vencer al Sensei es un rara avis en el paisaje teatral mexicano, pues combina combates con sable, karate y acrobacia con fragmentos textuales apenas esbozados. Se trata de un pieza performática en la que se aprecia un conocimiento del teatro Kabuki, de los malabares típicos de la Ópera de Pekín, pero también un gusto por las comedias de la era del cine mudo a lo Chaplin, Harold Loyd y Buster Keaton.

Durante los poco más de sesenta minutos que dura la representación, los segmentos de combate se suceden unos a otros: con katana, palillos chinos, una botella, sombrillas, entre otros objetos. Pero no se basan en la solemnidad de una pelea llana, sino que se convierten en conectores entre pasajes humorísticos, que relajan el tono e inyectan mucho sentido del humor al montaje, con lo que se emparentan también con la vasta tradición de cine chino sobre guerreros del templo Shaolín y las primeras cintas de Jackie Chan, mitad comedia bufa mitad kung fu coreográfico. (Quizá los espectadores más jóvenes sólo tengan en mente filmes tales como El Tigre y el dragón (00) de Ang Lee o La casa de los cuchillos (04) de Zhang Yimou).

Visitar al Sensei funciona como un espectáculo universal. Su mensaje se comprende más allá de que el venerable guía hable en japonés o sólo grite. Por alguna extraña razón su discípulo –ese pequeño saltamontes- si habla español y nos confiesa su ilusión y da cuenta de añejas batallas libradas por su maestro. Con todo, lo que priva es la sencillez semántica, la fuerza de la expresión gestual y corporal por sobre la palabra.

Mauricio Galaz, en calidad de alumno, y Richard Viqueira, autor, director, coreógrafo y Sensei, hacen gala de sus capacidades físicas, que no son pocas, acompañados de una frágil Geisha (Rossana Vega), que aporta sensualidad y ligereza. Para un público amplio de miras está puesta quizá le remita a un pasaje del Circo du Soleil, y puede que sea cierto. Tal vez sólo los puristas se incomoden, otros muchos harán suya la plasticidad de un respetable trabajo de Kraken Teatro, que fue apoyado por la Dirección de Teatro de la UNAM.

Sin duda, una pieza afortunada y peculiar que destaca entre lo ofrecido entre la Muestra Alterna, cuya oferta programática no hace sino ampliar las posibilidades de conocer diferentes estéticas y temáticas, más allá de quien con corteza de vista sólo quiere percibir en ella aislamiento y desigualdad. Valga recordar que en todo Festival o Muestra de estas proporciones los horarios y eventos se superponen. Buena falta les hace a quienes se dicen “profesionales” dejar por un rato la aldea y darse un tour más allá del patio de su casa.

Con todo, prefiero subrayar el grato encuentro con una pieza como Vencer al Sensei, un entrecruzamiento de géneros y tradiciones maduro y afortunado, y en el que la belleza no habla un idioma en particular; corre libremente y brota de un lance circense, de un maniobra de aikido o del vuelo del sable. Tal vez todos llevemos un guerrero por dentro, un pequeño Mishima, aunque el mensaje zen que nos regala el aprendiz nos recuerde que a estas alturas de la historia, el mundo está vacío.

¡Son mis patas…!




Carmen Zavaleta

Sobre Cicatrices


¡Las que me están moviendo!… Anoche, durante la función de Cicatrices, el trabajo dirigido por Janet Pinela y representante de Colima, esta frase (escuchada en una de las entrevistas en video que integraban el espectáculo), me despertó: el relato de las ruinas que dejó el terremoto de 2003 en Colima, era un buen intento, que se desdibujó.

Y la cosa era extraña: porque al inicio, la presencia de Tere Rábago (con el gusto que me implicó volver a verla sobre al escena), la arriesgada propuesta de la dirección con las imágenes, el complicado y efectivo trabajo técnico, las proyecciones: prometían un viaje interior, una despedida y la soledad como algo entrañable.

Pero no sucedió en su totalidad.

A mi modo de ver las dramatizaciones de eventos tan devastadores como los terremotos, deben ser capaces de sintetizar la destrucción que se origina: la física, la emocional, la social. Ya una vez un terremoto me enseñó (como a millones de mexicanos), que después de que se mueve la tierra, lo jodido es reconocer las carencias económicas y la falta de interés políticos.

Lo verdaderamente entrañable es la actitud humana.

Lo endiabladamente difícil es llevarla a escena.

En Cicatrices, el trabajo estaba a la vista, con este sabor de equipo escénico comprometido y que apuesta por transformar los momentos de crisis en un evento creativo, cuidando de no caer en la inmediatez (por lo reciente del evento); sin embargo, el movimiento no fue suficiente.

Propuesta de reforma

Para el fortalecimiento de la identidad de la comunidad teatral en los estados

Myrna Vargas

A partir de las inquietudes expresadas de diversas formas en relación a la participación de los creadores de Hidalgo en la Muestra, y de mi propia reflexión al respecto, me surgió una propuesta de “reforma” que pudiera encausar estas inquietudes. Sé que así como se está dando esta situación ahora, es frecuente que ocurra siempre.

Si bien la Muestra Alterna ha sido una afortunada opción para difundir el trabajo de los creadores del estado sede y otros invitados, me parece que el ser sede de la Muestra Nacional de Teatro es una oportunidad para que se conozca el de la entidad, no sólo a través de sus puestas en escena seleccionadas en la Muestra Grande y en la Alterna, sino a través de un espacio de tipo Foro, en el que el estado se presente con otra profundidad analítica ante la Muestra.

Sería interesante que la comunidad teatral de los estados sede prepare ponencias y materiales, de manera previa a la Muestra. Estos materiales serían expuestos en un foro en que investigadores, directores, dramaturgos y actores hablaran de su trabajo y del trabajo del estado de voz viva, desde una perspectiva amplia, histórica, estética y sociológica, para poder superar el estadio de dimes y diretes, de calificativos y análisis autoreferenciales.

Ésta, considero, sería una chamba interdisciplinaria muy enriquecedora tanto para la comunidad estatal como para la Muestra Nacional, ya que de esta forma, el estado se reconoce y se “explica” a sí mismo pensando en posibles soluciones y rumbos de su quehacer; mientras que los invitados, al escuchar, puedan enterarse, aportar, retroalimentar y, por qué no, aprender de esto.

Creo que ya que la Muestra es itinerante, sería muy enriquecedor y fortalecedor de la identidad, que el estado anfitrión tenga esta responsabilidad y privilegio a la vez. Puede ser una oportunidad para profundizar en esta intención de descentralización que tanto nos preocupa y que por momentos se desdibuja o transforma en una especie de doctrina Monroe para el Centro (descentralización para que los del Centro tengamos chamba en los Estados, pero no para propiciar el desarrollo de los mismos). Aclaro que no quiero decir que este sea el caso de esta Muestra pero sucede a menudo.

Aunado a esto, y en la misma intención de fortalecimiento de la identidad, propongo que sólo en el caso del estado sede, se retome el formato de Muestra estatal con público, para la selección de los participantes de la Muestra Alterna y que ésta, en su momento, tenga la atención de los medios nacionales.

Por fortuna, en esta emisión, Hidalgo propuso una Muestra Retrospectiva de su quehacer que aunque breve, es un avance en la intención.

Ojalá la comisión de la Muestra pueda considerar esta propuesta concreta, la cual a la vez que fortalece nuestro sentido de identidad como federación con mayor profundidad, elevando el nivel de discusión.

myrnavar@hotmail.com

Radio pasillo

* Una de las grandes discusiones pendientes es el asunto de la necesidad de los actores de diversificar su trabajo. El ideal de -casi todos- es vivir absolutamente del teatro, pero en el camino surgen opciones como ser maestros de voz, de talleres para niños y adolescentes, promotores, críticos, técnicos y hasta funcionarios. ¿Se responde genuinamente al interés por conocer y desarrollar otras áreas o es la puritita necesidad de sobrevivir chambeando?, y más allá ¿qué clase de ética se aplica en estos casos?


* Dicen que el silencio mata o ¿es mera indiferencia?

* Si alguien ve por ahí al Licenciado Ángeles, dígale por favor, de parte de los técnicos del San Francisco, ganadores del torneo Lo que quedó de mi juventud, que no se haga pato con el trofeo, que esperan noticias suyas.

* Que el Diario de la Muestra está muy verde. Agarremos la onda que el Diario es como Pancho López: tiene que nacer, crecer, reproducirse y morir en una semana… ¡Y ser maduro desde el principio! ¿Quién avienta la primera piedra?

Triple Suicidio

Eduardo Vázquez Martín

Sobre Doble suicidio

Adaptada, producida, dirigida, iluminada, musicalizada por Abraham Oceransky, Doble suidicio creó unas expectativas que desgraciadamente no cumplió. El amor y el compromiso con el teatro de Oceransky está fuera de toda discusión: su interés por penetrar el alma cultural de oriente es mayor que el del propio José Juan Tablada, Salvador Elizondo u Octavio Paz. Se trata de una propuesta estética que va desde la creación de paisajes escénicos hasta la meticulosa selección de cada uno de los quimonos, de la investigación musical y el uso riguroso pero creativo de los instrumentos tradicionales al cuidado del maquillaje y la iluminación. Todos estos elementos nos permiten acceder a un mundo donde la belleza manda, donde la estética es la ética, y donde la pasión no es un caballo sin rienda sino la servidumbre estoica del corazón sobre la razón.

Doble suicidio adapta para la escena Los amantes suicidas de Amijima (1720), la obra más importante del dramaturgo Chikamatsu Monzaemon, considerado el “Shakespeare japonés”, la cual fue escrita originalmente para teatro de muñecos Bunraku y luego para teatro Kabuki. Como el propio Oceransky explicó a modo prolegómeno a su obra, estamos ante una “Romeo y Julieta más adulta y sincera, por ello me atrevo a reinterpretarla para nuestro mundo occidental con algunos toques de animé y de manga contemporáneos, empleando música en vivo con instrumentos clásicos de Japón como el shamisen.”

Sin embargo, el trabajo de más de dos meses sobre los actores no resultó efectivo: Koharu (Liliana Hernández) y Digei (Claudio Emilio Meléndez), los protagonistas centrales de la tragedia, jamás logran encarnar el drama que les impone su destino; el lazo emocional que les impide separar sus existencias y los lanza a la muerte no logra ser encarnado, siguen el guión con precisión pero sin pasión, de modo que la tragedia se desmorona hasta hacerse injustificable. Susana Saldaña Argáez (narradora principal) sostiene la obra, la propia esposa de Digei levanta la intensidad del drama (Como el la novela La seda de Alessandro Baricco, es capaz de amar la pasión de su propio marido adúltero), pero la incapacidad interpretativa de los amantes termina haciendo injustificable el suicidio.

Finalmente Oceransky se regodea en una escena final, la del suicidio, cuya inverosimilitud no sólo puso en riesgo la representación de la tragedia sino que provocó la risa del público; la tragedia devino en farsa, la incontinencia y la autocomplacencia terminaron en el suicidio de la dirección.

Exposición Retrospectiva del Teatro en Hidalgo

Durante el proceso de investigación y recopilación para realizar la Exposición Retrospectiva del Teatro en Hidalgo, se recibieron programas de mano, fotografías, placas, reconocimientos, cuadernos de trabajo, bitácoras, documentos históricos, vestuarios y títeres. Cada uno de ellos dio cuenta del trabajo que durante décadas se ha realizado en el Estado. Aquí imágenes que – a pesar de no encontrarse en la exposición- son un testimonio de nuestro quehacer escénico.

004. Planta técnica del Teatro Romo de Vivar

Colección: Alejandro Patiño

007. La rana encantada, 1999

Autor: Lourdes Miramontes y Jorge Vega

Director: Jorge Vega

Colección: Grupo Ars – vita

Cuautepec

019. Los sueños de Cristobalillo, 1992

Autor y director: Alonso “Coco” Barraza

Colección: Jorge Vega

020. El sueño del ángel, 1995

Autor: Carlos Solórzano

Director: Jorge Vega

Colección: Grupo Arts – vita

Cuautepec

036. Fuenteovejuna

Ca 1983

Autor: Lope de Vega

Director: Arturo Romero

Teatro Estudio

Colección: Leticia Farfán

054. Elenco de Heil, El pequeño Malcolm y su lucha contra los eunucos

Ca 1983

En la foto Leticia Farfán, Arturo Romero, Anuar Jottar Magdaleno, Jesús Cuevas y Raúl Garduño.

Colección: Jesús Cuevas

Hagamos un tambor con tu piel





Fernando de Ita


Sobre Doble suicidio


Es fácil tomar a burla el tremendo respeto que tiene Abraham Oceransky por la cultura oriental, pero antes de hacerlo hay que considerar que este singular creador de nuestro teatro no es un advenedizo en la materia. De hecho, el viento del lejano oriente sopla en la obra del maestro desde sus primeros trabajos para la escena. Cuando nadie tomaba como modelo de movimiento la mecánica corporal de los samurais, Oceransky la utilizaba para marcar su raya en el escenario, en obras memorables como Simio y Acto de amor.

La occidentalización de Doble suicidio, la obra emblemática de Chikamatsu Monzaemon, dramaturgo japonés del siglo XVIII, es la cima de una fascinación compartida por Abraham con grandes figuras del teatro europeo como Antonine Artaud y Jerzy Grotowski. Ahora sabemos que Artaud confundió los principios del teatro balines, y que esa confusión enriqueció notablemente la ética y la estética del teatro europeo.

En esta ocasión, el fundador del Teatro Studio T, con sede en Xalapa, no utiliza, como en otras obras, la influencia del teatro oriental para definir la forma de su puesta en escena, sino que apuesta de plano por la mimesis del Kabuki y el Banraku para reinterpretar, como él dice, la tragedia de dos amantes que, a la manera de Romeo y Julieta, son condenados al suicidio por las costumbres dominantes.

A Monzaemon se le considera el Shakespeare japonés, y sus obras son representadas con veneración por todo lo que le dicen a sus coterráneos. Hasta un mero aficionado como yo al teatro oriental sabe que los textos de ese teatro no se expresan solamente en palabras sino que la intención verbal es completada por los gestos y movimientos de los actores. En otras palabras, hay códigos formales, posturas ancestrales, gestos específicos, movimientos precisos que conforman el alfabeto del teatro oriental. Se puede, entonces, contar la historia de Koharu y Digei a la manera occidental, esto es, textualmente, pero es prácticamente imposible narrarla culturalmente porque nuestros actores y nuestro público no tienen los referentes necesarios.

Por ello, es difícil apreciar el enorme trabajo del director y los intérpretes para colocarse en la postura física y mental que exige esa manera de contar el mundo. Se ve que hay una disciplina samurai en todos los actores que participan en esta traslación de la tragedia nipona, pero el resultado siempre será limitado porque un actor de Kabuki no requiere 8 meses sino 8 años para llegar a escena.

En estas condiciones, el desmesurado intento de Oceranski por apropiarse de otra tradición no tiene la recepción que merece, y yo no culparía al público por no entrar a la convención que le proponen, simplemente porque le es ajena, y al no tener todo el poder de la tradición a la que imita, lo deja fuera.

Antes de teatrero, Abraham fue músico, y aquí está en escena tocando una versión del Shamisen. Él nos dijo que este instrumento es muy apreciado en el Japón por los sutiles sonidos que provoca, pero en sus manos sonaba, por momentos, como guitarra de rock. Acaso aquí este el resumen de su intento.

Yerma


Con diversos recursos escenográficos, la ambientación de Yerma invitó a los espectadores a subir con el elenco al viaje.


Heda Gabler


Anoche en el Teatro San Francisco se presentó Lisa Owen, con el grupo Producciones de Alcoba. En el papel de Heda Gabler, de la obra del mismo nombre, esta mujer se debate entre dos realidades: un mundo idóneo lleno de belleza y de acciones sublimes; y una realidad burguesa y mediocre.

Fotografía escénica: un arte que representa otro


Fotografía escénica:

un arte que representa otro

Roberto Perea

El teatro es en esencia un acto efímero que desaparece después de cada representación y que perdura fundamentalmente el la memoria de los espectadores que tuvieron el privilegio o la desgracia, según sea el caso, de presenciar el hecho escénico.

En este sentido la fotografía viene a ser un instrumento importante para ofrecer un reflejo de lo que fue una puesta en escena. Tal es el caso de las 50 fotografías de formato espectacular (3m x 2m), colgadas a manera de pendones en diferentes espacios públicos de Pachuca, que buscan atrapar al espectador e invitarlo a asistir a las actividades de la XXVII Muestra Nacional de Teatro (MNT).

Se trata de imágenes que reflejan lo que ha sido la MNT a lo largo de sus XXVII ediciones, no sólo como un registro documental sino a través de imágenes de gran belleza estética realizadas por cuatro fotógrafos que han sido testigos presenciales en numerosas muestras de teatro y que son reconocidos nacionalmente como los hacedores del acervo documental fotográfico del teatro mexicano: José Jorge Carreón, Fernando Moguel, Enrique Gorostieta y Marco Reyes.

“La fotografía –afirma Fernando Moguel- es importante porque convierte un arte efímero en algo perdurable, una forma de reconocer a través del tiempo la plasticidad de un montaje. Porque nuestro trabajo no es sólo hacer un registro sino tratar de captar la estética y la esencia de una obra para que el resultado fotográfico sea también un arte.”

“Desafortunadamente –considera Enrique Gorostieta- así como el teatro se queja de la falta de atención del aparato cultural, sea de gobierno o privado, el mismo teatro se desentiende del registro de su actividad. Los grupos, las instituciones, no le dan la debida importancia a ese registro, por eso es necesario que las iniciativas de acervo sean integrales y no sólo para algunas artes y que se invierta en trabajos de calidad, porque a veces hay iniciativas que son desaprovechadas por la falta de criterio para evaluar la calidad del material que se desea obtener.

“Ojalá este tipo de iniciativas como el de la MNT, que presentan trabajos de calidad, hagan ver que vale la pena invertir en un buen registro documental, más allá de las fotos que toma la prima o la tía que asistió a la función”, agrega el fotógrafo regiomontano.

José Jorge Carreón afirma que el común denominador en el criterio de quien necesita o simplemente gusta de una foto es muy superficial. “Hasta ahí estoy de acuerdo en que le den importancia a nuestro trabajo como registro documental, pero me gusta pensar que nosotros lo hacemos como un proceso personal y en este sentido lo considero una creación.

“No todo mundo lo entiende así ni lo necesita así. Pero en todo caso –añade Carreón- es una necesidad propia de interpretación o reinterpretación de otra manifestación artística, entonces lo nuestra se convierte en un híbrido, una arte que representa a otro”.

Al igual que el teatro, la fotografía no es entendida exactamente de igual manera por todo el mundo, hay quien la ve y quien no, a veces es reconocida o no por los propios creadores. Pero sus autores se dan por satisfechos si una imagen provocó algo en un espectador para despertar su interés por acercarse al hecho escénico.

En el ámbito de la MNT nuestros fotógrafos son reconocidos con calidez como cualquier hacedor de teatro, sea actor, director o dramaturgo, como una parte importante del proceso teatral en su conjunto, aunque desafortunadamente esto no sucede en otras esferas.

Sería difícil imaginar una publicación teatral como Paso de Gato o las ediciones de El Milagro o Escenología, por mencionar algunas, sin una imagen producida por estos artistas de la lente que sustentan lo que la palabra pueda decir acerca del fenómeno escénico.

Fotografías de Enrique Gorostieta