miércoles, 22 de noviembre de 2006

El gusto por el riesgo: Vencer al sensei

Carmen Zavaleta

Atención, si está sentado en la primera fila no pase la línea de seguridad, es por su bienestar…así inició Vencer al sensei, dirigida por Ricarhd Viqueira y llegada del Distrito Federal al Centro Cultural del Ferrocarril en la Muestra Alterna,

La anécdota: el encuentro entre un sensei y su alumno. El maestro entrena a su discípulo y el segundo se arma de valor para vencerlo. En el subtexto, se trata de una reflexión sobre la enseñanza y el poder.
Los actores Richard Viqueira, Mauricio Galaz y Rossana Vega demostraron que la acción, la exactitud y el trabajo corporal llevados al límite, son elementos dramáticos que no permiten la más mínima desconexión.

Claro, en este foro habrá quien diga que la precisión en el trabajo actoral no es una cualidad, sino una obligación y tienen razón; pero por increíble que parezca, suele darse por hecho y cuando se ve en escena, siempre hay que mencionarlo.

Otro de los puntos a favor fue que se incluyeron elementos como la velocidad de la información, la dinámica de los videojuegos, la danza kabuki y los karatazos al mejor estilo de Bruce Lee, sí, los de los churrazos del cine de acción.

En conclusión, Vencer al sensei resultó una experiencia de vitalidad y juego que se agradece, pues el riesgo no solamente fue para los actores, también para el espectador.

Me dice, le digo, no te digo...

Princesas en cabaret

Aquí el cuento, como quien dice, el relato de la historia que la noche del veinte de noviembre Paola Izquierdo en una clara confabulación con Roam León y Luis Flores (el uno en la dirección y el otro interpretando la música), llevaron a cabo en el Noctambulario, con De princesas, príncipes y otros bichos.

El espectáculo fue dividido en dos cuadros. En primer lugar apareció la princesa Rocío de la mañana para buscar al sapo príncipes azulis, y expuso a todos los sapos que conoció como el erectus, el intelectualus, el rapiditus, y el pachecus. Por su puesto, sus aventuras fueron en un bosque encantado.

Después llegó el Principito: valedor chilango empeñado en buscar y encontrar a la niña voladora.

Hace algunos días en los foros de análisis, se habló sobre las consecuencias del teatro-cabaret para los actores. La discusión está pendiente, pero en el caso de De princesas... quedó claro que el cabaret es capaz de ser un compañero leal para el trabajo sobre la escena, sobre todo, cuando se trata de una propuesta honesta de quien lo crea.

Este es el caso de Paola, quien inteligentemente usó a princesas recalcitrantes, y a los personajes urbanos para exponer los medianos ideales socialmente impuestos. Felicidades Paola, felicidades y gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena obra, me sorprendieron sus movimientos muy calculados. Felicidades!!!!