viernes, 24 de noviembre de 2006

Fotografía escénica: un arte que representa otro


Fotografía escénica:

un arte que representa otro

Roberto Perea

El teatro es en esencia un acto efímero que desaparece después de cada representación y que perdura fundamentalmente el la memoria de los espectadores que tuvieron el privilegio o la desgracia, según sea el caso, de presenciar el hecho escénico.

En este sentido la fotografía viene a ser un instrumento importante para ofrecer un reflejo de lo que fue una puesta en escena. Tal es el caso de las 50 fotografías de formato espectacular (3m x 2m), colgadas a manera de pendones en diferentes espacios públicos de Pachuca, que buscan atrapar al espectador e invitarlo a asistir a las actividades de la XXVII Muestra Nacional de Teatro (MNT).

Se trata de imágenes que reflejan lo que ha sido la MNT a lo largo de sus XXVII ediciones, no sólo como un registro documental sino a través de imágenes de gran belleza estética realizadas por cuatro fotógrafos que han sido testigos presenciales en numerosas muestras de teatro y que son reconocidos nacionalmente como los hacedores del acervo documental fotográfico del teatro mexicano: José Jorge Carreón, Fernando Moguel, Enrique Gorostieta y Marco Reyes.

“La fotografía –afirma Fernando Moguel- es importante porque convierte un arte efímero en algo perdurable, una forma de reconocer a través del tiempo la plasticidad de un montaje. Porque nuestro trabajo no es sólo hacer un registro sino tratar de captar la estética y la esencia de una obra para que el resultado fotográfico sea también un arte.”

“Desafortunadamente –considera Enrique Gorostieta- así como el teatro se queja de la falta de atención del aparato cultural, sea de gobierno o privado, el mismo teatro se desentiende del registro de su actividad. Los grupos, las instituciones, no le dan la debida importancia a ese registro, por eso es necesario que las iniciativas de acervo sean integrales y no sólo para algunas artes y que se invierta en trabajos de calidad, porque a veces hay iniciativas que son desaprovechadas por la falta de criterio para evaluar la calidad del material que se desea obtener.

“Ojalá este tipo de iniciativas como el de la MNT, que presentan trabajos de calidad, hagan ver que vale la pena invertir en un buen registro documental, más allá de las fotos que toma la prima o la tía que asistió a la función”, agrega el fotógrafo regiomontano.

José Jorge Carreón afirma que el común denominador en el criterio de quien necesita o simplemente gusta de una foto es muy superficial. “Hasta ahí estoy de acuerdo en que le den importancia a nuestro trabajo como registro documental, pero me gusta pensar que nosotros lo hacemos como un proceso personal y en este sentido lo considero una creación.

“No todo mundo lo entiende así ni lo necesita así. Pero en todo caso –añade Carreón- es una necesidad propia de interpretación o reinterpretación de otra manifestación artística, entonces lo nuestra se convierte en un híbrido, una arte que representa a otro”.

Al igual que el teatro, la fotografía no es entendida exactamente de igual manera por todo el mundo, hay quien la ve y quien no, a veces es reconocida o no por los propios creadores. Pero sus autores se dan por satisfechos si una imagen provocó algo en un espectador para despertar su interés por acercarse al hecho escénico.

En el ámbito de la MNT nuestros fotógrafos son reconocidos con calidez como cualquier hacedor de teatro, sea actor, director o dramaturgo, como una parte importante del proceso teatral en su conjunto, aunque desafortunadamente esto no sucede en otras esferas.

Sería difícil imaginar una publicación teatral como Paso de Gato o las ediciones de El Milagro o Escenología, por mencionar algunas, sin una imagen producida por estos artistas de la lente que sustentan lo que la palabra pueda decir acerca del fenómeno escénico.

Fotografías de Enrique Gorostieta

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