sábado, 18 de noviembre de 2006

Laureados: motivo de orgullo



Redacción

La ocasión de tener reunida a la comunidad teatral del país fue idónea para honrar la trayectoria y labor de personas que se han dedicado a esta arte escénica. La noche de ayer, fueron entregadas las medallas de Oro, del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a Luisa Josefina Hernández; Xavier Villaurrutia, a través del INBA, a Fernando de Ita; Plata, del gobierno hidalguense, a Juan Manríquez y a Guillermo Cuevas.

Luisa Josefina, confesa amiga de Emilio Carballido, comenzó a escribir personajes de diferentes clases sociales. Desarrolló, junto con los de su generación, según sus propias palabras, “un equilibrio verbal que no llega nunca al naturalismo verbal, pero que no se aparta de la realidad”.

Antes de ella, existía “un teatro que apoyaba a la familia, la virginidad, las virtudes de las esposas y de las hijas. Yo pude desarrollarme de mejor manera. Lo mismo los demás escritores jóvenes del momento, cada uno con su propia experiencia cultural y vital".

El carácter de la dramaturga que ha declarado “Cada vez que escucho a mis amigos hablar de lo que escriben, me convenzo de que no tienen la menor idea. Los críticos, menos”, la condujo a revolucionar la escena teatral del país.

Autor dramático, periodista cultural internacional, incontenible crítico de teatro investigador, productor y promotor de la dramaturgia, además de formador de teatristas, el nacido en Apan, Fernando de Ita, ha valido para provocar dolores de estómago y otras vísceras a más de uno. Dado que hacerlo permanentemente no constituye una tarea sencilla, también le ha valido para ser laureado con la presea Xavier Villaurrutia.

Juan Manríquez fue uno de los hombres cuyo trabajo luce más cuando su persona aparece menos. Incansablemente dedicado al teatro, su labor como director y escenógrafo llegó a varios estados de la República, y gracias a su dedicación pedagógica, dejó huella en hidalguenses que lo hacen trascender cada día. Por eso, y no por su lamentable deceso, mereció la medalla de Plata del gobierno estatal.

Guillermo Cuevas inició, como muchos han hecho, un grupo preparatoriano de teatro; y lo llevó, como casi nadie ha logrado, a perdurar a lo largo de 31 años. Uno de los premios más sentidos que recibe todos los días este hacedor de teatro, es el afecto de sus alumnos. Los fundadores de 2+4, aquel grupo que inició tres décadas atrás, podrían ya tener nietos y haber olvidado sus inclinaciones artísticas. Eso no fue impedimento para que auténticos miembros de 2+4 vitorearan a su mentor cuando recibió la medalla de Plata del gobierno estatal.

La medalla de Oro es la máxima presea que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) a un artista. Este año, el instituto además de a Josefina Hernández, ha laureado con este reconocimiento a la soprano Gilda Cruz-Romo y el tenor Ramón Vargas.

La medalla Xavier Villaurrutia se otorga en reconocimiento a la aportación que la trayectoria de una persona le significa a la cultura y es designada por la comunidad artística del país, a través del INBA y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Antes que Fernando de Ita, Víctor Hugo Rascón Banda fue acreedor a tal reconocimiento.

Juan Manríquez y Guillermo Cuevas son los primeros galardonados con la medalla de Plata. Esta ocasión sienta un precedente para incentivar a la comunidad cultural hidalguense.

2 comentarios:

Editor dijo...

Distingue MNT a Luisa Josefina Hernández y a Fernando de Ita
por: EL INFORMADOR/Redacción
fecha de publicación: 19-11-2006, 12:36 hrs.
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MÈXICO- Con la entrega de la Medalla de Oro de Bellas Artes a la escritora Luisa Josefina Hernández, y la Xavier Villaurrutia al periodista Fernando de Ita, y el estreno en México de "Unos cuantos piquetitos", dirigida por Mauricio García Lozano, arrancó la 26 Muestra Nacional de Teatro (MNT), en Pachuca, Hidalgo.
Las preseas fueron entregadas por el director general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Saúl Juárez, quien en la ceremonia recordó que la Muestra es uno de los espacios donde se presenta lo mejor del teatro mexicano.
Según un comunicado del INBA, que da cuenta del acontecimiento llevado a cabo en el teatro San Francisco, de la ciudad de Pachuca, los galardonados recibieron un prolongado aplauso de la concurrencia que, de pie, reconoció los méritos de ambos personajes.
En el podio, el dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda, integrante de la Dirección Artística de la MNT, recordó que todo el teatro mexicano le debe algo a la maestra Luisa Josefina Hernández.
"Sobre todo los dramaturgos que tuvieron el privilegio de estar en las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM", consideró.
Posteriormente, Fernando de Ita, quien el próximo año estará celebrando 30 años como crítico de teatro y periodista cultural, afirmó recibir la Medalla Xavier Villaurrutia con gratitud y asombro, pues "no es común en nuestro medio reconocer a la crítica como parte del hecho artístico".
Además, dijo estar especialmente emocionado por recibir una medalla con el nombre de Xavier Villaurrutia, "porque admiro profundamente su obra poética y es uno de mis paradigmas como crítico de teatro", comentó el autor de "La pista", obra que fue estrenada este sábado en la MNT.
En la ceremonia inaugural también el gobierno del estado de Hidalgo entregó reconocimientos a dos pilares del quehacer teatral de la entidad.
De manos del gobernador Miguel Angel Osorio Chong fueron entregadas las medallas de Plata a la Trayectoria y de Mérito Artístico Hidalguense a Juan Manríquez Ramos y Guillermo Cuevas Ramírez, este último fallecido unos días antes.
Luego, las actividades escénicas de la Muestra iniciaron con "Unos cuantos piquetitos, obra de Ximena Escalante, dirigida por Mauricio García Lozano, con la compañía Teatro del Farfullero, del Distrito Federal, con las actuaciones de Angelina Peláez, Mariana Gajá, Andrés Zuno, Mariana Jiménez, Héctor Kotsifakis, Aída López y Daniela Schmidt.
La obra muestra la figura de Frida Kahlo, aunque aclara el director que no es ni pretende ser una biografía estilizada de la pintora, ni siquiera un tributo a su plástica o a su vida.
El espectáculo se compone de 21 piezas o movimientos que, a la manera de un rompecabezas onírico, cuenta una historia de reconstrucción, la trayectoria adolorida de una serie de personajes que se desgarran ante el público, con el fin de descubrirse y de ser descubiertos.
"En el montaje está México, pero también el mundo con todas sus influencias. En el está Frida Kahlo contemporánea y omnipresente, dirigiendo este concierto entre lágrimas y carcajadas", explicó García Lozano.
"Unos cuantos piquetitos" fue estrenada mundialmente en el Tropen Theatre de Amsterdam, Holanda, el 9 de marzo de este año, en el marco del Worl Music Theatre Festival, como parte de una gira de 16 funciones por Holanda, Bélgica e Italia.
NTX 19-11-2006

Editor dijo...

A Fernando de Ita, la Medalla Xavier Villaurrutia
roberto perea


México, D.F., 27 de noviembre (apro).- No es común que los críticos de teatro sean reconocidos como parte del hecho artístico. Por eso resulta un tanto sorprendente que Fernando de Ita --quien el año próximo cumplirá 30 años como crítico de teatro y periodista cultural-- haya recibido la Medalla Xavier Villaurrutia como reconocimiento a su trayectoria, en la inauguración de la XXVII Muestra Nacional de Teatro, en su natal Pachuca, Hidalgo.

De Ita ha sido parte del fenómeno teatral desde diferentes trincheras. De hecho, inició su carrera como dramaturgo antes de ser periodista, y su primera obra, La soledad, fue publicada en 1968. En su opinión, en la tradición mexicana la crítica ha sido vista como algo en contra o fuera del quehacer artístico, no como una continuación o reflexión acerca del mismo. “Pero culpar al otro --afirma-- no nos lleva a nada. El problema es precisamente la distancia, cuando deberíamos estar dentro de la formulación artístico-poética para poder reclamar nuestro lugar.

“En otras tradiciones, la crítica es parte consustancial de la propia creación, pero en México la crítica de teatro siempre ha sido muy marginal. De ahí que gente como Jorge Ibargüengoitia haya salido corriendo para dedicarse a la literatura”, considera De Ita.

Pocos han sido los críticos de teatro que se han dedicado casi exclusivamente a esta labor, que no son autores, directores o productores, como fue el caso de Antonio Magaña Esquivel, investigador y pensador del teatro. “No tenemos a más de cinco en la historia del teatro mexicano. Hemos sido marginados porque no es una profesión la crítica de teatro en nuestro medio. Se ve como un agregado. Por eso me asombré de que reconocieran en lugar de un creador de escena a un crítico”, dice.

Siempre ha convivido De Ita el crítico con su faceta de dramaturgo y director de escena. Respecto de esta relación, comenta: “Yo comencé como dramaturgo. A los 18 años escribí mi primera obra. En ese momento estaba de moda el teatro del absurdo y no encontré exactamente por dónde quería ir. Empecé entonces a trabajar como asistente de producción en algunas obras y como periodista. Me fui a Nueva York y desde ahí escribí sobre lo que veía. Me lo publicaban en el Excélsior de Julio Scherer y me gustó mucho.

“Pero no he dejado de escribir teatro. Tengo unas 12 obras, y algunos colegas me han dicho que un par de ellas se salvan. Desde mi primera obra, más conocida como La enfermedad del amor, que estrené en Cuernavaca, en su sabiduría, el maestro Alejandro Luna me recomendó que no dijera que era mía. ‘No te lo van a perdonar después de 25 años de crítico y como autor te van a decir de antemano que eres un fraude’, me dijo. Entonces, dije que era de un autor rumano e invité a varios afamados colegas que salieron diciéndome: `¡qué rumana es la obra!`. Cuando se enteraron que era mía me odiaron profundamente. Por otra parte, nunca me he sentido director; más bien soy ilustrador de mis obras, aunque como crítico estoy en contra de la ilustración”.

Sobre la afirmación de que el crítico es un creador frustrado, De Ita considera: “Los grandes críticos tienen todo menos frustración. Si pensamos en gente de la altura de George Steiner, es más creador que muchos autodenominados así. Depende de cada crítico. Quizá algunos sí lo hayan hecho por frustración de no llegar a ser autores, pero la crítica exige un sentido de reflexión, de creación, de información, de formación intelectual, de sensibilidad, como la creación artística.

“Un verdadero crítico es aquel que desmenuza, que propone, que crea una corriente literaria, que se apoya en valores artísticos. Cuando la crítica se ejerce con esa conciencia, no hay ninguna frustración. La frustración viene cuando de verdad no tuviste éxito y ejerces la crítica con mala leche, pero si no, es un terreno intelectual arduo”.

(Publicado en Revista Proceso el 27 de noviembre de 2006 en http://www.proceso.com.mx/columna.html?cid=46013&cat=8 )