martes, 21 de noviembre de 2006

¿PREPARADOS PARA LA MUESTRA?

Enrique Olmos de Ita

El estado de Hidalgo no está listo para recibir la Muestra Nacional de Teatro. Lo dije desde que la noticia corrió entre la comunidad teatral nacional, y luego, local. Y sigo pensando lo mismo. Y aunque parece que mis afanes no son más que un acto terrorista por patear el pesebre, pienso que debemos –como involucrados– hacer un simple ejercicio de autoevalución y después establecer consideraciones a partir de los acontecimientos.

Hace dos o tres años publiqué en la revista mexicana de teatro Paso de gato una breve nota crítica sobre varios montajes sucedidos en Pachuca y en general bosquejaba un balance sobre el acontecer teatral en el estado. Mi intención era suscitar el interés, reflexión y de ser posible la polémica entre mis coterráneos. No fue así por el simple hecho de que los teatreros hidalguenses no leían –algunos ni conocían– la única revista decente sobre el teatro nacional. Acto seguido recibí una respuesta pública de parte del pedagogo teatral Rubén Ortiz donde justificaba su labor en la UAEH, como profesor de la recién integrada licenciatura de arte dramático. Si bien la cuestión no trascendió el aula universitaria, era evidente la ausencia de interrogantes –públicos o privados, a favor o en contra– de parte de actores o directores locales ajenos a la burocracia universitaria que Ortiz defendía con apenas unos meses como catedrático. Indiferencia y apatía.

Tengo la impresión de que paulatinamente el panorama se ha modificado. Y no en la creación de una comunidad más crítica, o con la aparición de críticos especializados (en cambio tenemos a un opinador como Juan Luna tan desinformado del teatro como huecos sus argumentos), sino en el contacto con otras formas de creación escénica, en la visita de maestros y artistas varios, en el relevo generacional y desde luego, en la propia vida de los jóvenes estudiantes de teatro en la UAEH, que van proponiendo pese a sus limitaciones, un acercamiento formal y cuidadoso con el quehacer.

Y aunque nadie me preguntó, sigo diciendo que Hidalgo –o Pachuca– no está preparado para recibir la Muestra. Ante la escasa profesionalización de nuestros oficiantes, con niveles tan bajos de producción escénica a nivel nacional, con un público desinformado y apático, con dos teatros (San Francisco y Gota de Plata) que no pertenecen a las instancias culturales, con un Consejo de Cultura que depende de la Secretaria de Educación Pública y que encima recibe del gobernador abulia y los mínimos recursos, con el retraso en los pagos del INBA, la difusión paupérrima, con la peligrosa cercanía a la Ciudad de México –todo lo chilango está bien hecho, lo nuestro no– y bajo el esquema de compañías o grupos semi profesionales, desinformados y anodinos que no consolidan un repertorio ni una oferta estética, sino ir pasando el año con uno o dos montajes para invitar a sus conocidos, ante este panorama, lo único que puede ser un verdadero revulsivo es la Muestra Nacional de Teatro.

Si en esta ocasión no se renueva público, no se crean temporadas con precios, difusión y gastos de producción aceptables, no se involucra a los jóvenes estudiantes de Real del Monte, sino se aprovecha poco más de una semana para hacer del teatro hidalguense algo que más que puro lamento, la Muestra habrá sido sólo una buena oportunidad que dejamos pasar.

Dejo el listado de infortunio y propongo –a pesar de vivir del otro lado del Atlántico– que la Muestra Nacional sea un nuevo y mejor punto de partida para el teatro de Hidalgo. Ojalá.

*Dramaturgo y crítico de teatro en Milenio diario.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno si este editorial cree que Hidalgo no se merece la muestra por culpa de sus actores y sus instituciones, se le olvida que lo fundamental es que el público se lo merezca. Y yo creo que la gente de Pachuca lo ha disfrutado, ha llenado los teatros a pesar del frio. Así que el público tiene lo que se merece, una muestra de buena calidad y buena organización.

Anónimo dijo...

Tienes razón el teatro en hidalgo es muy mediocre, tan mediocre que lo representan obras como la de tu tío y la tuya, ambas mediocres en sus montajes y con todos sus actores

Anónimo dijo...

el lenguaje de olmos siempre es:

Yo yo yo yo yo, yo yo yo, yo yoooo, yo yo . Yo yo yo yo y yo. Mas yo, yo yo yo.

atentamente yo

DEbería de quitarse eso aunquesea mencionar a su rechingada madre