martes, 21 de noviembre de 2006

Destinos urbanos Teatro Romo de Vivar



Mayte Romo

La Plaza Juárez, en el corazón de Pachuca, tiene un recinto cultural que durante muchos fungió como cine y que se llamaba Efrén Rebolledo. A principios de los noventa, se decidió remodelar el lugar para convertirlo en un centro de las artes. La noche de reinauguración del inmueble, que se habría llamado Efrén Rebolledo, Luis Corrales Vivar solicitó, en plena ceremonia, que el nombre del lugar cambiara a Guillermo Romo Vivar. En ese momento, se aceptó la moción y a partir de entonces, el foro lleva el nombre de un pachuqueño que dedicó su vida a hacer teatro en esta comunidad.

En sus inicios, se buscó traer al Romo obras de teatro que tuvieran repartos ampliamente conocidos por el público. Susana Alexander y Carmen Montejo fueron de las primeras en actuar sobre su escenario, después de ellas: Ofelia Medina, Angélica Aragón, Guillermo Murray, Helena Rojo.

Los pachuqueños extrañan este tipo de puestas en escena, sin embargo, la tradición de traer cine al Romo no se ha perdido. Hace una década, este teatro se enorgullecía de presentar filmes como Danzón, antes de que se estrenaran en el DF. A la fecha, los jueves se exhiben ciclos de cine y, dos veces al año, la muestra internacional de la Cineteca.

Este lugar ha llegado a convertirse en uno de los consentidos para los pachuqueños. Humberto Ángeles, funcionario del Cecultah, ha sido testigo de la evolución que ha tenido el Romo desde el día de su bautizo. Emocionado por recordar esta historia, dijo: “es una instalación que la gente ha seguido valorando”. Recordó cuando la gente lo perseguía para pedirle entradas y ahí, “donde tú ves a la gente queriendo entrar a las funciones, es donde encuentras la mayor motivación para seguir trabajando”.


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