viernes, 24 de noviembre de 2006

Quería ser un cabrón

Alberto Susano *

Relato

Cuando inicié mi “carrera” allá por 1997 y con 18 años de edad soñaba con ser un gran cabrón del teatro, no había otra idea en mi cabeza, quería llegar a participar como los grandes en una Muestra Nacional de Teatro, a como diera lugar. Comencé en la escuela de artes, con maestros que de alguna manera lo siguen siendo; era un rebelde, quería hacer, decir y ser como ahora es Enrique Olmos, pero ahora que lo veo, creo que fue un acierto no serlo, pero quería tragarme el mundo, ahora me doy cuenta que hasta lo regurgité.

Al paso del tiempo la idea de ser cabrón era más grande, no lo entendía así que me fui donde creí que realmente me iban a enseñar. Con esa idea, llegué a la Ciudad de México, primer paso, estudiar con mi gran paradigma, Nicolás Núñez. Yo no sé si él aporto algo en lo que respecta a ser cabrón, pero me inició en un camino más grande, el del ser humano, aprendí a querer ser un mejor ser humano, y hasta me enrole en asuntos esotéricos más serios y de los cuales tengo prohibido hablar, sin embargo aún no era profesional.

En la UNAM me enseñaron que ser cabrón era meterse unos churros entre clase y clase, no comer y dar cátedras de filosofía para cuestionar a todos mis maestros. Hasta que conocí al que me alejó de ese ser cabrón, no hablamos del tema, sino de teatro, entre otras cosas me enseño las sutilezas y las profundidades de la dramaturgia. Por cierto, a dicho maestro se le canceló su participación en esta muestra sin mayor explicación, no diré nombre pues no quiero afectar la situación, pero creo que muchos ya sabrán a quien me refiero, sí, ese, algunos unen su nombre con Freud por mofa, no digo más. Sí, aprendí mucho pero aún no era profesional.

¿Y en la ENAT? Bendito sea dios, no duró mucho el ensueño, quizá porque no era cabrón, mi inconsciente me defendió, sin embargo aprendí allí que ser cabrón es querer hacer teatro de alto presupuesto en un país que carece precisamente de eso. Carajo, ¿y no se suicidan cuando salen?

En fin, regresé a mi querido estado vomitado por el sucio ambiente, en todas las esferas, del Distrito Federal, con unas buenas obras escritas y alabadas por algunos maestros de allá, pero cuando, iluso, las mostré a algunos maestros de acá, resulta que aún no era un cabrón: que escribir cabrón era escribir como Enrique Olmos, olvídenlo...

Ingresé al IDA en la montaña Hidalguense, y todo iba bien: muy buenos maestros, muy buena técnica, hasta que los buenos maestros se fueron y quedaron los que me enseñaron que ser cabrón es retorcerse como trucha sin agua en la duela, poner música densa y pintarme de color rojo. Me aborté del IDA sin ser un cabrón.

Armé un grupo de teatro con hermanos conocidos en el IDA. Comenzamos a hacer teatro en la montaña. Hicimos proyectos de investigación con gran aceptación de algunos asesores y maestros, pero no logramos ser cabrones. A pesar de ser festejados y bien recibidos por nuestro público, amados en la montaña y lugares afines.

Y llegó la Muestra Nacional de Teatro. ¡Metan todos sus proyectos para haber si pega en la representativa, o en la alterna! Le macheteamos, estábamos ansiosos, pero nuestro mismo proceso nos hizo entender que no nos interesaba la muestra, nos interesaba algo más propio... así que abortamos la idea de meter propuesta. Fui llamado a asistir una dirección para una de las representativas del estado, buena experiencia, mucho aprendizaje, pero no más. Asistimos diario a ver obras de la muestra y nos seguimos preguntando: ¿esto es ser cabrón? (benditas sean las pocas excepciones).

La lección más grande sobre ser cabrones la tuvimos en la comunidad teatrera del estado, donde ser profesional es decir con mucha altivez que el teatro del estado es pedorro, chillar por los espacios y por los presupuestos, que todo el teatro aquí es malo, menos el mío, pero como ya hay muchos que lo dicen, decidimos quedarnos en nuestra montaña, haciendo teatro, nada cabrón, para un público que no son nuestros compadres porque ni tenemos, un teatro de un aquí y un ahora palpable y real.


*Director de Erotema-Caos teatro e investigación (grupo desconocido para la comunidad teatral, por fortuna). Defensa lateral del equipo Ahí les va la vara, campeón del torneo relámpago de fut de la Muestra. Asistente de dirección de Fernando de Ita. Y, “yo si le voy le voy a los PUMAS”.

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