sábado, 25 de noviembre de 2006

Carta a Fernando de Ita

Noé Morales Muñoz *

Mi estimado Fernando:

No te escribo para hablar de La Pista, pues lo haré en su momento para otro medio que me paga unos pesos; en este, que nada me da, acoto algo respecto a tu nota aparecida aquí mismo (No. 6), en la que balbuceas una crítica a La voz oval.

De entrada, una sensación, que no un juicio: pareces estar cansado y con algo de fastidio. Creo que de otra manera de no incurrirías en una operación retórica impensable para un hombre con tu oficio y con tus años: el sofisma. Afirmas que la obra de Enrique lo hace escritor “porque ya conoce los entretelones del idioma, el poder del verbo, la reverberación de las palabras, el deslumbramiento de la metáfora, la reinvención de la realidad a partir de la escritura”. Te he disfrutado estilista y habrá quien aún se enganche con el ritmo de tus encabalgamientos, pero el asunto es que todo ello lo afirmas sin argumentar nada: tu bisturí no reconoce, en su muy tímida disección, las contradicciones y limitantes de un texto que, como pieza del lenguaje, te pasa de noche: ninguna alusión entre las tensiones entre coloquialidad y narración, nulo señalamiento de la incorporación de elementos de un idiolecto externo (argentino) en la estructura de la pieza, cero menciones a la probable efectividad de la narración escénica en el discurso de la obra. No, para ti Enrique es escritor porque escribe, y nada más. Incluso, si uno se pusiera más o menos suspicaz, pensaría que la palabrería hueca con la que lo recibes como dramaturgo obedece a tu relación con él. A uno se le ocurre.

El sofisma llega después. El “torrente idiomático” –nacido de la convergencia de quién sabe qué arroyos, pues no lo especificas– sólo sirve para que los actores se muestren, otra vez según tú, limitados, y evidencien que, más que actuar, están “aprendiendo”. La falsedad del argumento radica en la eliminación de los referentes: el estilo de actuación, la concentración de la energía, las pautas corporales y de movimiento, la relación con el espacio, el diseño de dirección de Villarreal. No digo que el elenco no sea o no pueda ser limitado, pero no puede serlo o no serlo sólo por el hecho de que exista, si existe en realidad, el famoso torrente que nos dibujas con tan maraquero pulso. Pasas por alto, de nuevo, las relaciones críticas entre el texto, la actoralidad, la dirección, el espacio, entre otras vainas más.

En fin, Fernando, que encuentro tu texto cansado, errático, confuso, contradictorio, desfasado de la actualidad crítica, sin asideros ni línea definida, efectista, un tanto hueco y precipitado.

Y no, no estoy hablando de La Pista.

Bueno, quizás un poco sí.

Besitos de hombre,

Noé.

* Noé Morales Muñoz es dramaturgo y crítico. Actualmente tiene un chingo de gripa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

PARA EL TAL NOE QUE SOLO LE CONOCEN EN CASA DE SU MADRE A PESAR DE LA PRESUNCION DE SU ASTERISCO AL FINAL DE SU NOTA. QUE HUEVA DE NOTA, LA CUAL NO ALCANCANCÉ A LEERLA DEBIDO A SU PEDANTERIA Y PRESUNCION QUE DICHO SEA DE PASO PRENTENDE SER EL HABLA Y DIOS TODOPODEROSO CUANDO YO, UN HUMILDE ESPECTADOR QUE PAGA UN BOLETO DE TEATRO EMITO MI OPINION SIN TANTA REBUSNANCIA Y ADORNOS, SIN TANTA RIDICULES TECNICA QUE SE PIRDE EN PALBRAREIAS QUE HAY QUE BUSCAR EN EL DICCIONARIO. ME GUSTO O NO ME GUSTO, REGRESO O NO A TAL TEATRO, ESO ES SIMPLE Y LO QUE TODOS LOS QUE SOMOS ESPECTADORES PRONUNCIAMOS, AL SALIR DE UNA SALA. BAJATE DE TU NUBE O TE PARECE DIFICIL DE CREER QUE AL MUNDO LE VALE MADRES LA CULTURA YPEOR EL TEATRO??? ENCUENTRO AL EXTREMO DE LA PEDANTERIA TU COMENTARIO, QUE HUVA NI QUE FUERAS UN PREMIO NOBEL, BAAAAAAAJJJJJJJJJALE. ATENTAMENTE ARTURO, INGENIERO CIVIL POR NECESIDAD ECONOMICA, PERO FRECUENTE ASISTENTE AL TEATRO DE FINES DE SEMANA Y PADRE RESPONSABLE DE UN SOLO HIJO K AUNQUE ESPERO INCULCARLE EL AMOR Y RESPTO POR LA CULTURA ESPERO NO ME TERMINE EN ESE AMBIENTITO DE DESEMPLEADOS.